Convivir con la basura

Sueño un día con un centro libre de basuras.

Hace unos años iniciamos campañas de concienciación sobre la generación de residuos en el centro, a raiz de unos estudios sobre la basura que generaba el instituto en un día lectivo. Por término medio generamos 50 kilos de residuos entre materia orgánica, papel y plásticos. ¡INCREIBLE! teniendo en cuenta lo poquito que pesa un papel, un plástico o un trocito de platina. Esto supone que a lo largo de un curso académico, generamos aproximadamente 8 toneladas de residuos.

Apostamos por reciclar la mayor parte de los residuos que generamos y para ello se han ubicado contenedores para papel, plástico, materia orgánica, baterías y móviles por el centro. Lo triste es que cada día tropezamos con infinidad de residuos en el suelo.

No entiendo porque nos cuesta acercarnos al contenedor más cercano y tirar lo que generamos. ¿NOS GUSTA CONVIVIR CON LA BASURA?. Parece que no nos importa, ya que día tras día, y sobre todo después de los recreos, encontramos los pasillos, los patios, los baños y las zonas comunes con residuos por doquier.

Yo no me canso de recoger lo que me encuentro a mi paso, lo que otros tiran. Me duele la vista cuando veo la basura tirada en los suelos. Como dice el refrán ojos que no ven, corazón que no sienten. Lo cierto es que no sólo es cuestión de estética, sino de salubridad. Nos sentamos en el suelo, tocamos con las manos mesas, barandas, escalones... y sin darnos cuenta, estamos generando un caldo de cultivo para infinidad de bacterias y virus que solo esperan introducirse en nuestro cuerpo para provocarnos enfermedades infecciosas.

Sueño con un día en el que todos colaboremos en que los residuos estén en su sitio, y que acabemos la jornada con un espacio limpio de basuras y gérmenes. Y que cuando salgamos del centro hagamos lo mismo con nuestro entorno.

Contagia al que tengas a tu lado para que colabore con la limpieza y cuando veas a alguien que no le preocupe la limpieza, contamínalo con este mensaje. Entre todos podemos lograrlo.

Javier (Profesor de Biología)

1 comentario:

Aida dijo...

Lo peor es cómo quedan las escaleras. Más de una vez he tenido que esquivar trozos de bocadillo o charcos de refresco.

Sólo es una idea, pero quizás podrían pasar los profesores de guardia por los pisos altos y el sótano -que son los que peor quedan después del recreo- y, ya de paso, vigilar que no fumen. Creo que ya no, pero antes era subir al tercer piso y veía a los niños de 3º y 4º de ESO con porros.